Capitulo 2: Va cayendo gente al baile (relata Krillich)

Dos veces me cagó el pájaro en la espalda, uno de sus prominentes montones de excremento se deslizaba por mi hombro hasta que el animal decidió aumentar la velocidad y sus desperdicios volvieron a recorrerme lejos de mi rostro.

Me desperté cuando estabamos arriba de las aero-sillas, y ya debe hacer media hora que seguimos volando, pasamos por arriba de la torre Angela y es increíble lo ensimismados que están todos que no ven terrible animal. El dolor que me causaban sus garras desapareció y vi de lejos la cancha de Belgrano, el ave comenzó a descender y se me revolvió el estómago, vomité y se me vino todo a la cara, tanto asco me dio que inmediatamente lo volví a hacer con el mismo resultado, otra vez y agradecí a los cielos que aterrizamos porque eso se volvía repetitivo y me dolía la mandibula, ya en el centro de la cancha de fútbol, vomité por cuarta vez y recién allí pude volver a respirar sin dificultad. El ave hizo un sonido detestable y salió volando del estadio, no entendía nada, antes de que pueda acomodarme sentí un golpe en la nuca y caí al piso, a los pocos segundos todo oscureció, era lógico, a las 19:15 es común que todo oscurezca, si… ya se, en verano no, pero siempre es según, en esas fechas es común que oscurezca temprano, aunque también depende donde uno esté, por ejemplo, cerca de las montañas oscurece más temprano, dicen los que saben, yo nunca me fije.

Cuando intenté moverme sentí que alguien me ataba las manos y me ponían una capucha, ahí si se oscureció todo y no importaba si eran las 19:15 o las 10:20. Me hicieron parar y me llevaron caminando ¡Suelten! Grité y me golpearon en el estómago, la capucha se me llenó de vomito y me desmayé.

Desperté en un lugar que se parecía a un vestuario, es más, era un vestuario.

  • al fin despertó señor Krillich – me dijo un tipo que estaba detrás de un reflector que me impedía ver su rostro.

  • Tengo una preguntita si no le molesta – dije yo sin perder la compostura… la descompostura.

  • Si, diga.

  • ¡¿Para que carajo me pegó y me puso una capucha si me iba a traer a los vestuarios del estadio?!

  • Le ruego me disculpe, pero es que nosotros tenemos nuestras formas, y las respetamos a raja tabla – mientras hablaba hacía algo con sus manos, constantemente.

  • ¿Qué hace con sus manos, constantemente? – pregunté-

  • tejo, estoy haciéndole una bufanda al chofer, ayer termine unos guantes para el que cuida nuestra guarida – me dijo y me mosró, había elegido unos colores muy bonitos.

  • Señor Krillich, nosotros somos una organización que lucha por preservar los mitos así, como mitos, le tenemos un broncón barbaro a los cazadores de mitos – contaba sin dejar de tejer, al parecer estaba bastante ducho en el tema.

  • Aha, mirá vos ¿y que culpa tengo yo de que ustedes tengan esas pelotudeces en la cabeza?- grité tratando de desatarme.

  • No luche en vano, lo atamos con sogas tejidas por mi. Nosotros no queremos que se junten las dos mitades del choripan de plata, seguimos a su hermano pero nunca tuvimos que intervenir porque el llevaba la delantera, ahora, usted, al perder tanto en las últimas noches ha quedado más regalado que perro que lo desataron grande – hirió mi orgullo.

  • Yo llegué y todo era un quilombo ¡¿Qué querían que hiciera?! Ahora me tengo que aguantar a un par de nerds que me atan y me pegan ¿Qué vas a hacer, cortarme con una carta magic? – le grité y al parecer, toqué alguna parte sencible.

  • Nunca se meta con las cartas magic ni con los juegos en miniatura, estamos para ayudarlo, si bien las cosas se emparejaron bastante con la muerte de Moralez y sus hombres, ahora van a entrar en acción los líderes – me explicaba mientras cambiaba de punto – ellos manejan cantidades enormes de dinero y pueden contar con ejercitos de caza recompensas, si no unimos las fuerzas, estamos perdidos.

  • Entonces desatame Elfo.

  • No soy un elfo, mi nombre es Roque Marcioni y me dicen Gandalf- traté de aguantar la carcajada porque me estaba desatando.

Me llevaron por Alberdi hasta la calle Colón, me dieron un silbato y me explicaron que si estaba en problemas lo hiciera sonar que el pajarraco iba a venir a ayudarme, los muy carlonchos le pusieron Gwaihir.

bueno señor Krillich, lo dejamos con esto y le damos el dinero que ganamos en el último torneo de counter strike en el que participamos, son $100 pero de algo le tienen que servir, esperamos que utilice esto con razocinio, pero que lo use, no como su hermano que nunca usó los cubiertos ni la cajita con los $10 – ni bien terminaron de decir esas palabras me crucé a un kiosco y me compre una botella de whisky, me gritaron desde el otro lado de la calle “En 27 de Abril y Cañada lo espera un muchacho con los atuendos de Luc Skywalker, el lo llevará a su destino” le di un trago al whisky y los miré poniéndome las manos ntre las piernas “Que la fuerza este con usted” gritaron y se subieron a un furgón con la foto de Sheera. Comencé a caminar hasta la Cañada, me tranquilizó conseguir whisky, me intrigaba ver a un pelotudo disfrazado en pleno centro, espero que esto termine pronto, muero por un bife de chorizo.

Una respuesta

  1. Sheera siempre fue lo mas!

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