repita conmigo: Mocoso insolente

Repita conmigo: “no soy defensor de los derechos humanos” y agregue “solo los nombro, incansablemente, cuando no se que responder en temas como Cuba, Fidel, el Che, Venezuela, Chávez” y siéntase medianamente liberado.

  Ahora, el siguiente paso será exasperarse, gritemos juntos: “¡Fidel y Chávez son tan dictadores como Bush!” y piense que estará quedando bien con la burguesía y con la izquierda ¿Unida? Pero, recuerde, que usted no está siendo muy inteligente y mucho menos comprometido, ese pensamiento que lo reinaba y lo llenaba de tranquilidad “estoy comprometido pero soy conciente de que vivo entre grises” es una reverenda pelotudez. 

Saltemos diciendo: “¡Se va a acabar! ¡Se va a acabar! ¡La dictadura mi li tar!” ponga cara de “estoy furioso” y vuelva a su hogar, pero no crea que su cantito ha generado algún tipo de molestia a quien, para usted, es la clase social opresora, por el contrario, lo están mirando con ternura. 

En Venezuela se reunieron unas 10000 (diez mil) personas para decirle que NO a la reforma que propone Hugo Chávez, usted pensará “si, es una reforma extremista y autoritaria” y alguien que pase cerca lo mirará y asentirá con su cabeza, usted se mueve en círculos sociales donde pueda encajar, es lógico y para nada reprochable, felicitaciones. 

Un día después, en la misma Venezuela que, para usted y la CNN estaba rechazando la propuesta chavista, se reunieron medio millón de venezolanos por un SI que, veintipico días antes, está siendo rotundo, resulta, que es gente que está bastante más informada del tema que nosotros, que usted, que este pobre infeliz, y quiere que esto pase, gente que, quizás para usted, y no digo que usted sea un limitado burgués prototipo de zurdo parchado, sea gente ignorante. 

Usted deberá disculparme, pero es inevitable que en mi pecho se abra una especie de viento que me renueva los pulmones llenos de humo, fue incontrolable que, en esta pobre mente pesimista, se dibujara una pequeña sonrisa cómplice, una esperanza que, hasta usted podría decirlo, es, quizás, ingenua, déjeme la libertad de decirle, que no pienso molestarlo en su baile renovador de cada marcha, cada acto, cada banda revolucionaria que arengue a la derrota del imperialismo, no, no y no, no me agradaría molestarlo, menos sabiendo, que usted mismo se molesta, así como yo me molesto imparablemente. 

Repita conmigo “¿Qué se cree este pendejo de mierda?” y siéntase cómodo, siéntese cómodo.Lea bien sobre la reforma, infórmese, lea bien sobre la no RENOVACIÓN de un contrato a una empresa a la que todos dibujan como mártir (¿usted pensó en lo incoherente que puede ser su discurso si habla de libertad de expresión defendiendo a una empresa privada que ya no maneja impunemente la información de un canal?) y después, si me cree digno, putéeme, le comento, no soy digno, solo estoy pasando por una semana de sutil libertad.Gracias y disculpe la molestia.